Comer un lunes o un jueves.
Quemarse tomando el sol con cuchara.
Vivimos en tres números.
Aliñar apócope con otro acento
o con vinagre.
o con vinagre.
Vivimos en tres números.
Hogueras de rastrojos y autoestimas a las cuatro de la tarde.
Tarde es tu cara, esperando en una esquina.
Vivimos en tres números.
Las olas que nos ahogaron piden clemencia en el trago de papá.
Y me arrodillo con los codos.
Para ti, vivimos, para él, bibimos
Y, sin embargo, todos, sobre tierra.
En tres números.
Creer en una semana de seis días.
Porque, al final, me comí el jueves.
Y, todavía, vivimos en tres números.
Siempre me han gustado los poemas en los que se juega con la ortografía y los días de la semana.
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