obnubiladas las llagas, que pantanos;
son de acero en este grito.
Y un calvario, que sin monte,
me retiene,
convulsiono,
se resiste:
fui verano.
De los viejos, las serpientes que les cubren desde el cuello
o desde el hambre se reservan:
son dos lóbulos
reptantes, en su sino
hacia el fondo
o
el futuro:
Por favor, no dejes de escribir tan bien. En serio, me he emocionado (o casi, pero eso ya es un éxito, al menos, así lo veo) Hacía tiempo que nadie me hacía sentir tanto con tan pocas palabras. Las suficientes. En resumen, tienes arte, deberías saberlo y, si no es así, si no lo sabes, te lo diré cuántas veces sean necesarias.
ResponderEliminarUn beso desde mi blog, te invito a pasarte y echarle un vistazo cuando tengas tiempo, por mi parte, te seguía desde hacía bastante tiempo pero, para ser sinceros, hacía mucho que no me pasaba por aquí y, la verdad, después de taaaaanto tiempo, me arrepiento de haber estado del mundillo blogger durante tanto.
Lo dicho, te espero por
Los latidos de abril
Muchísimas gracias, María.
EliminarLa que me emocionas eres tu a mí con tu comentario.
Por supuesto que me pasaré y así continuar con este flujo de impresiones.
Besos.
Y ahora qué eres?
ResponderEliminarAdemás de una gran escritora...
Besos.